Soraya querida, parece que fue ayer cuando te fuiste de este plano terrenal y ya llevamos 15 años desde que partiste. Cuesta este día, es imposible superarlo aunque le he dado miles de vueltas sigue doliendo tu ausencia. Con la sapiencia de los años, la tranquilidad es saber que tu cuerpo agotado ya no sufre, sino que goza la libertad del alma libre sin ataduras, sin dolores, doy un respiro largo e intenso al saber que sí, ahora estas mejor.
Este mundo se ha vuelto un lugar donde debimos enmascararnos para protegernos de un virus y en el camino muchos como tú, han partido. Se que si aún estuvieses en este plano, hubieses realizado muchos improvisados conciertos a pura guitarra desde la intimidad de tu casa, en el tiempo de pausa que se ha dado a nivel mundial. Sin duda, los nuevos sonidos o la musa inspiradora habría realizado su magia a partir de tus letras conjugadas con los acordes tan fieles de tu guitarra. Me gusta imaginar aquello, ahora es tan fácil, o tan democrático poder conectarse y simplemente fluir que, sin duda, este encierro habría desencadenado en ti solo creatividad pura.
Sory, muchos seguimos añorando tu nueva melodía en el metal dulce de tu voz, ese que ha de estar allá en el azul infinito, donde la tecnología por mas que intente, jamás conquistara. La eternidad.
